Silybum marianum. Gaertner
Forma parte de la familia de las Compuestas asteráceas.
El Cardo mariano crece espontáneamente por caminos, prados y en zonas habitadas. De zonas templadas, especialmente en el sur de Europa.
Es una planta anual o bianual, que puede alcanzar una altura de hasta 1,80 cm de alto. Formada por un rosetón en su base, con hojas grandes de color verde y con algunas manchas blancas. El borde de sus hojas es espinosa, y las flores son de color púrpura.
Florece durante los meses de primavera.
La parte que se utiliza es el fruto (la semilla).
Se recolectan los frutos durante los meses de agosto y septiembre, que es cuando han madurado.
El cardo mariano contiene flavonoides (flavanolignanos) entre ellos la Silimarina (0,7%), aceite esencial (0,1%), aceites fijos (16-30%) ricos en ácidos grasos insaturados. Compuestos de tipo proteico (26-30%) como tiramina, histamina, albúmina…. Contiene además mucílago, resinas ácidas amargas y taninos catéquicos.
El cardo mariano tiene propiedades como: protector hepático (hepatoprotector), protector dermatológico, antioxidante, antiinflamatorio, colagogo, colerético, febrífugo y antihemorrágico.
Indicada en congestiones hepáticas, inflamaciones del hígado, digestiones difíciles, afecciones de la vesícula biliar y se ha visto que tiene una acción regeneradora del tejido hepático lesionado.
La Silimarina, estabiliza la membrana de la célula hepática. Por esta razón se recomienda en los tratamientos complementarios de cirrosis, esteatosis, hepatitis, colecistopatías crónicas e intoxicaciones por setas hepatotóxicas (del género Amanita).
También se ha visto, que la Silimarina incrementa la producción de glutatión (acción antioxidante – glutatión peroxidasa) en el hígado, aproximadamente en un 30%, lo cual hace que se incremente la actividad detoxificadora significativamente.
Parecer ser que la Silimarina, según estudios, actúa protegiendo las células intactas del hígado, por lo menos las que no están irremediablemente dañadas. También estimula la síntesis de proteínas en el hígado, estimulando el crecimiento de las células hepáticas sanas.
La Silimarina ha demostrado según estudio clínicos recientes, que puede normalizar la replicación celular en la piel, dando buenos resultados en el tratamiento de la psoriasis.
El efecto antihemorrágico es posiblemente una consecuencia de la mejoría de la función hepática. El cardo mariano mejora la circulación sanguínea abdominal y del área genital, por lo que se recomienda en los casos de reglas abundantes, hemorroides y varices.
Por lo que el cardo mariano se tomará en caso de psoriasis, toxicidad hepática, ictericia, hepatitis, cirrosis, protección y ayuda a la función hepática, resaca, cálculos biliares, insuficiencias hepatobiliares, dispepsias hiposecretoras, y antioxidante hepático.
No tiene contraindicaciones ni efectos tóxicos.
Tener precaución si se está siguiendo un tratamiento antidepresivo con IMAOs ya que por su contenido en tiramina, puede desencadenar crisis hipertensivas en estos pacientes.
La usaremos en Infusión, Tintura o extracto fluido, o en comprimidos o capsulas.
Por: Marta Sunyer, Fitoterapeuta, Naturópata y Nutricionista