Es curioso lo que ocurre con nuestra salud psíquica: no nos preocupamos de ella si no hay síntomas evidentes de que algo no va como deseamos, ya sea porque nos consideramos suficientemente sanos o porque pensamos que nada efectivo se puede hacer para mejorarla. Dos actitudes de cuya certeza deberíamos dudar.
Para muchas personas, la salud psíquica suficiente será la que le permita salir adelante con las ocupaciones diarias. Otras personas, ambiciosas en este aspecto, buscan un equilibrio psíquico perfecto porque así acceden a un estado de bienestar, de felicidad, que fluye del interior de la persona sin necesidad de estímulos externos.
Si de forma espontánea no somos felices deberíamos considerar la conveniencia de equilibrar nuestra psique. Si en nuestro interior existe un determinado tipo de estrés que no nos deja vivir en plenitud, la solución es eliminarlo. Compensarlo con otro estrés contrario no es una solución.
Para poner un ejemplo: si me siento inseguro en la vida, es natural que desee poseer dinero o bienes que me den esta seguridad, lo cual debería compensar la inseguridad. Pero si esta inseguridad es un estrés de mi sistema nervioso, por mucho que lo quiera compensar seguirá existiendo. Así, el refrán “quien no tiene dinero no come y quien tiene dinero no duerme” queda justificado, pues el hecho de tener dinero no elimina la inseguridad arraigada en el sistema nervioso. Intelectualmente podemos buscar, creer, probar, etc. multitud de procedimientos, pero debemos trabajar en el terreno donde está el problema si de verdad queremos eliminarlo.
Es obvio que un estrés profundo en el sistema nervioso tratado desde el plano intelectual externo no va a desaparecer, solo se podrán mitigar parcialmente sus efectos. Para eliminar los estreses profundos con eficacia debemos trascender los niveles intelectuales para llegar a un estado de consciencia pura, sin pensamientos, en el cual el intelecto está en descanso y la consciencia está plenamente avivada. Entonces, de forma natural, los estreses desaparecen de forma gradual.
La técnica de la Meditación Trascendental permite llegar fácilmente a este estado de alerta en descanso. El estado de descanso al que se llega es superior al de dormir y en este estado el estrés no tiene cabida. A medida que se va practicando regularmente se va ganando calidad de vida avanzando paulatinamente hacia este estado ideal.
Santiago Solé Gras
Profesor Certificado de Meditación Trascendental.
