Jordi Vilà forma parte de la joven guardia de la Nueva cocina catalana.
En el año 1998, junto con su compañera Sònia Profitós, montó su primer negocio: el restaurante Abrevadero, en el Paralelo barcelonés. Es allí donde nació el mito de una nueva forma de entender la cocina catalana tradicional. En el 2005 su restaurante Alkimia recibió la estrella Michelin que aún conserva.
La cocina del nuevo Alkimia es una cocina en la que se va a buscar el mejor producto en origen, de la mano del propio productor; es una cocina que se desarrolla en un entorno en el que todo se ha hecho a medida para unos pocos comensales a los que se les quiere hacer disfrutar al máximo de la gastronomía ofreciéndoles el máximo confort.
El nuevo Alkimia abrió sus puertas con la voluntad de disfrutar de la cocina, tanto desde los fogones como desde las mesas. La propuesta gastronómica tienen unos objetivos muy claros: conservar la esencia de la cocina catalana y de Barcelona, como un tesoro que es necesario cuidar mirando hacia el futuro.
Hoy en nuestro Magazine, entrevistamos a Jordi Vilà, famoso chef con una estrella Michelin, que nos abre las puertas de su restaurante Alkimia, en Barcelona.
– Cuéntenos, ¿cómo empezó su camino en el mundo gastronómico?
Lo que más me gusta en esta vida es comer. Además mi madre es una muy buena cocinera por lo que siempre en casa he podido disfrutar de esta afición que va más allá de la necesidad de alimentarme. Cuando con 15 años planteé a mis padres que quería ser cocinero, ellos poco convencidos, me consiguieron un trabajo de verano en la pastelería Baixas de Barcelona esperando que me cansara pronto de levantarme temprano y de las rutinas de la cocina. Pero pasado el verano me matriculé en la escuela Joviat de Manresa donde estudié Hotelería y Turismo y me especialicé en cocina.
– Ud. estuvo cocinando en el restaurante Moritz, el Louis 1856. ¿Cómo fue esa experiencia?
Soy el director gastronómico del grupo desde 2011. La colaboración con una casa como Moritz siempre es enriquecedora y más con esta apuesta gastronómica que ha hecho la cervecera no solo con el restaurante Louis, sino también con el Velódromo, el Bistrot a Vins, el 300 del Born o la propia cervecería. Si bien es cierto que con el proyecto de Louis 1856 hemos podido plantear una oferta muy distinta y que no se parece a la de ningún otro restaurante de Barcelona hasta la fecha.
-¿Qué tipo de cocina ofrece el Alkimia?
Seguimos la misma línea ofreciendo cocina Catalana y de Barcelona, que son las cocinas que nos gustan y en las que creemos, y continuamos trabajando para hacerlas evolucionar. Y lo hacemos con los mejores productos, respetando su estacionalidad, que vamos a buscar de la mano de pequeños productores, fuera de los canales habituales de distribución.
-¿Cómo es este nuevo restaurante?
En el nuevo Alkimia todo se ha hecho a medida pensando en el confort del comensal. Estéticamente queríamos alejarnos de los estereotipos y tendencias de decoración del sector y por ello contamos con Chu Uroz como responsable de la dirección de arte del proyecto -más vinculado hasta la fecha al mundo del teatro, la música y el cine con colaboraciones con La Fura dels Baus o Bigas Luna, entre otros- que ha sabido interpretar la esencia de nuestra cocina y transportarla a una decoración que mezcla lo antiguo y lo nuevo: mosaicos hidráulicos, estructuras de madera como la espina que preside el techo del restaurante y que vertebra sus dos ambientes, los mappings en algunas paredes, frescos antiguos, etc.
-¿Cuáles cree que son las diferencias más notables entre su anterior restaurante y el nuevo?
Seguimos siendo los mismos, pero hemos crecido. De hecho nos hacemos pequeños para poder ser más grandes. El nuevo restaurante mantiene las 13 mesas de la calle Indústria pero solo en 6 se ofrece la carta y los 2 menús que tenemos en Alkimia. En las otras 7 planteamos otra experiencia a la que llamamos Alkimia Unplugged: una cocina más de diario, con elaboraciones sencillas y mucha presencia de brasa, en la que “desenchufamos al cocinero” y damos voz y protagonismo al producto. Otro punto diferencial evidente es la ubicación.
-Su mano derecha es el jefe de cocina Hannes Eberhart, ¿qué relación les une?
Empezó como una relación profesional hace ya más de 6 años y a día de hoy nos une una gran estima y amistad además del vínculo profesional que seguimos teniendo.
-¿Qué selección de vinos y productores ofrece a sus comensales?
En la carta predominan pequeños productores que ofrecen tirajes pequeños de alta calidad y a los que normalmente es difícil acceder. También tenemos una amplia selección de vinos de Jerez.
-¿Cuál ha sido el papel de Chu Uroz, en el nuevo restaurante?
Ha llevado la dirección artística y el interiorismo de la obra en colaboración con el estudio de arquitectura de External Reference.
-¿Qué podemos encontrar en la carta?
Un producto excelente y una predominancia de platos con base de pescado. Además intentamos que todos nuestros platos sean de fácil digestión y saludables para que el comensal salga con una sensación placentera de nuestro restaurante.
-Háblenos sobre los postres, ¿nos recomendaría alguno en especial?
Hombre, a mi me gustan todos así que es difícil responder a la pregunta… Nuestra línea de postres juega con la sencillez, una curada ejecución de la que se deriva la precisión en texturas y consistencias. Básico en el mundo del postre. Manjar blanco con fruta fresca y vino dulce o Milhojas de crema de avellana con helado de especias por citar dos.
Sr Vilà gracias de nuevo por dar a conocer su maravilloso restaurante a nuestros lectores, le deseamos muchos más éxitos profesionales.
Muchas gracias, ha sido un placer. Igualmente para vosotros.
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