El Día Internacional del Libro se convierte en Cataluña en una jornada festiva especialmente romántica.

Los catalanes celebran su patrón, Sant Jordi, saliendo a la calle para cumplir con su tradición popular.

Cada 23 de abril las calles de Cataluña se llenan de tiendecitas de flores y libros, y de gente que pasea entre puestos de libros y rosas, buscando su obsequio no sólo para la persona amada, también para la familia o los amigos. Por todas la ciudades de Cataluña encontramos tenderetes con las últimas novedades editoriales, hay escritores firmando sus libros y  el ambiente está envuelto por el aroma de las rosas.

Un día tan especial como es la diada de Sant Jordi,  es costumbre en Cataluña que los hombres regalen una rosa roja a las mujeres, y las mujeres un libro a los hombres; hoy en día la tradición se ha extendido tanto entre la gente que no sólo se hacen regalos los que están enamorados, los padres también suelen regalar una rosa a sus hijas o incluso a sus madres.

Es habitual en Barcelona salir a pasear por Las Ramblas y por la Rambla Cataluña; este año, María Dueñas y Martí Gironell, han sido los autores más vendidos.

Esta costumbre proviene de la preciosa leyenda de Sant Jordi:

La leyenda nos cuenta que había un dragón que atemorizaba la pequeña localidad de Montblanc, situada en el sur de Cataluña. Para evitar sus feroces ataques, se le entregaba una joven doncella, que se escogía mediante un sorteo popular. Hasta que un buen día, el sacrificio recayó sobre la princesa, quien fue entregada a la bestia.

Cuando estaba a punto de ser devorada, apareció Sant Jordi, un valiente caballero que luchó contra el dragón y lo venció, clavándole la espada en el corazón, y rescatando así a la bella princesa.

De la sangre que fluyó del corazón del dragón, nació una rosa roja. De ahí la tradición de regalar una rosa roja a las mujeres, la tradición del libro vino después. Algunos creen que su origen fue porque la princesa le escribió un poema de amor al caballero.

Este año, en Santiago de Chile,  el Bar De La Ostia, en Providencia, se ha convertido en el punto de encuentro para celebrar la fiesta de Sant Jordi. Allí pudimos ver libros de ediciones en lengua catalana, y Los Castellers de Lo Prado  realizaron torres humanas, tradición exclusivamente catalana. Al mediodía comenzó la butifarrada y la venta de rosas; también se bailaron sardanas.

El mismo día, hubieron exhibiciones en el Centro de Arte Alameda, donde participaba una feria de editoriales independientes, como Laurel, La Calabaza del Diablo, Montacerdos, Hueders y La Pollera, con sus respectivos catálogos a la venta en el hall. Las mujeres asistentes a las funciones recibieron una rosa de regalo, como saludo a la tradición catalana de Sant Jordi.

 

 

 

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