Cuando un español llega a Santiago, lo primero que necesita suele ser un lugar donde vivir.
La primera sorpresa a la hora de alquilar una vivienda es que aquí el “arriendo” (traducción simultánea: alquilar un piso se dice “arrendar un departamento”) siempre se hace a través de corredor de propiedades, es muy raro el caso en el que el propio dueño alquile su vivienda directamente.
En España hay varios portales de internet en los que las propiedades se venden o alquilan directamente por sus dueños, carteles en las ventanas o en las terrazas, anuncios en prensa… pero aquí eso casi no sucede; los portales inmobiliarios son manejados por las corredoras de propiedades, y los carteles que verás en las casas siempre serán de las distintas corredoras a las que el dueño habrá entregado la propiedad para que se la alquilen o vendan.
Es por ello por lo que se puede encontrar la misma propiedad varias veces en los portales de propiedades, aunque a veces es difícil determinar si son la misma, ya que las fotos son distintas o tomadas desde diferentes ángulos, e incluso a veces ni siquiera se publican con el mismo precio.
Por lo tanto, el primer consejo es comparar bien las propiedades que encontremos en internet, ya que nos podemos encontrar con que vamos a visitar dos veces la misma vivienda, lo cual obviamente resulta una pérdida de tiempo.
La ventaja de este sistema es que en teoría el corredor de propiedades se encargará de velar porque todo esté en orden: el título de propiedad, el contrato de arriendo, el inventario, la garantía… La realidad es que, a pesar de que hay muchos y buenos profesionales en el sector, también hay muchos que no son tan buenos ni tan profesionales, y el inquilino (y el dueño también) se da cuenta de que algo no se hizo bien cuando surgen los conflictos. La desventaja es que obviamente deberás pagar por sus servicios…
Aquí van algunos consejos para intentar evitar o minimizar problemas posteriores:

1. Solicitar la información que demuestre que la casa pertenece a la persona que nos la va a arrendar.
Esto suena muy obvio, pero no es la primera vez que alguien alquila una propiedad que no es suya y después serás tú el que tengas el problema. Chequea no sólo la propiedad de la vivienda, sino de la plaza de aparcamiento, de la bodega, etc.
2. Leer y entender bien el contrato de arriendo que te pongan delante.
Debes tener en cuenta que si quieres poner fin a dicho contrato antes de que éste termine, estás obligado a pagarlo hasta el final, a no ser que llegues a un acuerdo con el dueño, por lo que es muy importante fijarse bien en la fecha de término y las condiciones de aviso de dicho término. Esto debes tenerlo en cuenta cuando te quieras marchar, ya que se suele incluir un plazo mínimo de aviso al dueño (60 días, por ejemplo). Si te marchas antes de tiempo y sin el aviso correspondiente, lo más probable es que el dueño se quede con la garantía que entregaste al inicio del contrato, y esto nos lleva al siguiente punto… la garantía.
3. La garantía.
Es la cantidad que se paga al inicio del contrato, correspondiente a un mes de alquiler, que sirve para cubrir los desperfectos que se puedan ocasionar en la vivienda (fuera del uso normal) y los gastos que queden pendientes cuando el inquilino deje la propiedad (consumo de agua, luz, gas, etc.). Esta garantía en teoría debe ser devuelta en los siguientes 30 días después de finalizado el contrato, pero para recuperarla sin problema debemos tener algunas precauciones al principio…por ejemplo, el inventario.
4. Todos sabemos lo que es un inventario.
Pero en Chile cobra especial sentido tener uno bien exhaustivo, que especifique no sólo los enseres y muebles que haya en la vivienda, sino su estado y las características y estado de la vivienda en sí (estado de la pintura, la moqueta si tiene, si hay algún desperfecto, etc.). La casa deberá devolverse en el mismo estado en el que se recibió, y es a eso a lo que el dueño puede aferrarse para no devolver la garantía.
El inventario debe acompañarse de todas las fotos necesarias para demostrar el estado de la vivienda, muebles y enseres. Es importante informar de los desperfectos que se encuentran una vez estemos instalados en la vivienda, siempre por escrito y adjuntando fotos. Si el corredor es del porcentaje profesional, será el/ella quien lo realice, pero tú debes revisarlo y añadir lo que corresponda cuando ya estés usando la casa.
Debes tener en cuenta que es responsabilidad del inquilino mantener los aparatos como el calentador en perfectas condiciones, por lo que debes exigir que éstos vengan revisados cuando te entreguen la casa, para que no te toque pagar una reparación que no te corresponde.
Simplificando bastante, el dueño de debe ocupar de lo estructural (es decir, de “paredes hacia adentro”: tuberías, instalaciones, etc.) y el inquilino de “lo que se ve” (grifos, tubos de lavabo, duchas, enchufes, picaportes).
5. Lo más normal es que el dueño (o el corredor) te exijan un avalista para firmar un contrato.
Especialmente si eres extranjero. Esto significa que alguien se hará cargo del pago de tu deuda si dejas de pagar el alquiler. Como normalmente los extranjeros no tienen quién les avale, se suele negociar eliminar el aval y aumentar los meses de pago por adelantado.
6. A la hora de arrendar una vivienda, debes tener en cuenta no sólo lo que cuesta el alquiler, sino el pago inicial que deberás hacer, ya que tendrás que hacer frente a varios desembolsos nada desdeñables: por un lado, deberás abonarle al corredor de propiedades el 50% del alquiler de un mes, como pago de sus honorarios, y por otro, deberás desembolsar la garantía (un mes de alquiler, o más, si no presentas avalista, y que será lo que te devuelvan al finalizar el contrato). Y por supuesto, el mes de alquiler por adelantado. Por lo tanto, son como mínimo 2,5 meses de alquiler en un solo pago…
7. A la hora de contratar los servicios (teléfono, internet, agua, etc) lo normal es que éstos se mantengan a nombre del dueño y tú los pagues directamente (no vas a poder dejarle ninguna deuda porque lo que quede pendiente cuando te vayas te lo descontará de la garantía). Esto es recomendable, ya que, si eres como la mayoría de los extranjeros recién llegados a Chile, no tendrás RUT (bendito RUT) y no podrás contratar todos esos servicios hasta que no dispongas de él, lo cual ya hemos visto en artículos anteriores que es toda una hazaña…
8. Y por último, la sorpresa final te la vas a llevar cuando te marches de la casa, ya que para hacer la mudanza necesitarás un salvoconducto del dueño. Sí, has leído bien: el dueño deberá autorizarte expresamente (y ante notario) a que te marches de la vivienda y te lleves tus cosas, de otro modo, la empresa de mudanzas no podrá trasladarlas, ya que si no lo llevan cuando hagan el transporte, les pueden parar los Carabineros. Por lo tanto, conviene acabar la relación con el dueño de la casa de la mejor manera posible, para ahorrarte el disgusto final.

Carla Lazzerini

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