Tarragona es una ciudad y municipio de España, capital de la provincia de Tarragona y de la comarca del Tarragonés. Durante el Imperio romano fue una de las principales ciudades de Hispania y capital de la provincia romana Hispania Citerior o Hispania Tarraconensis.
El municipio cuenta con una población de 131 255 habitantes (padrón del INE a 1 de enero de 2015). Su ubicación a la orilla del Mediterráneo en la Costa Dorada, con playas de aguas cálidas, así como sus centros de recreo y tradición histórica y patrimonio artístico, la convierten en un centro de atracción turística de primer orden. Su origen se remonta a la antigua Tarraco romana, capital de la Hispania Citerior Tarraconensis. El «Conjunto arqueológico de Tarraco» ha hecho que Tarragona sea considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Tarragona disfruta de un clima Mediterráneo típico; la temperatura media anual supera ligeramente los 16 ºC y la precipitación apenas alcanza los 500 mm. Los inviernos son suaves y los veranos, calurosos. Las precipitaciones son irregulares, primavera y otoño suelen registrar las mayores precipitaciones.
Las temperaturas presentan una pauta mucho más regular y previsible. Las heladas son infrecuentes y algunos años no llegan a registrarse. Las temperaturas máximas en los días más calurosos del año no acostumbran a superar demasiado los 30 ºC. Valores superiores a los 35 ºC no son raros, pero no se dan cada año y son de muy breve duración.
Tarragona es muy conocida por su clima y patrimonio que atraen a los turistas, por eso la ciudad es conocida junto al municipio de Salou como Costa Dorada.

Un poco de Historia

La Tarragona de finales del siglo XII ya era un núcleo urbano plenamente consolidado que se había convertido en el centro director de un amplio territorio. En 1148 el gobierno local se había reordenado y el consejo de habitantes de la ciudad participaba intensamente en la vida urbana. La ciudad creció y ocupó toda el área interna del Foro provincial de Tarraco, manteniendo así la estructura arquitectónica heredada de la época romana. La ciudad del siglo XII surgió, pues, en el área de grandes monumentos, alrededor de los castillos señoriales. A partir de 1146 se ocupó el área del recinto de culto de época romana, un sector que tomó especial relieve con el inicio de la construcción de la Catedral en 1171, y que se convirtió en el eje vertebrador de la ciudad a partir de su consagración en 1331.
Fuera del recinto defensivo de esta primera época, había tres áreas claramente diferenciadas: en primer lugar, el Corral, el antiguo circo romano, que se convirtió en un burgo extramuros con un mínimo de población y destinado principalmente a actividades comerciales e industriales. En segundo lugar, la Vila Nova que era el área que se prolongaba desde el Corral hasta el puerto y estaba destinada básicamente a huertos, cultivos, herrenales y molinos. A diferencia de la primera, no estaba muy habitada, excepto en el área del puerto y en la zona más próxima al Corral. Finalmente la huerta de Tarragona, también destinada a la explotación agraria, que se extendía a ambos lados del Francolí y llegaba hasta Riu Clar.
En 1368 la ciudad, siguiendo las directrices marcadas por la Corona, empezaba las tareas de mantenimiento y refuerzo de las murallas de la ciudad mediante la construcción de la Muralleta o Mur Nou, a la altura de la fachada del circo. De esta forma el área del Corral, el antiguo circo romano, quedó incorporada al núcleo urbano.
La vida de la ciudad de Tarragona durante la época moderna está marcada por tres importantes conflictos bélicos. Desde el siglo XVI se construyen fortificaciones para defender la ciudad y sus alrededores de las continuas guerras y ataques piratas. A partir de la Guerra de los Segadores y hasta mediados del siglo XIX, Tarragona fue plaza fuerte, lo que comportaba que no se podían destruir las fortificaciones y se tenía que dejar un espacio delante de la muralla libre de edificios, con las dificultades que ello suponía para la expansión urbanística. Las epidemias fueron una constante en este periodo y provocaron grandes mortandades y el éxodo de la población.
La economía del Campo de Tarragona entró en una grave crisis de la que no se recuperó hasta finales del siglo XVIII, cuando se autorizó la reconstrucción del puerto y se concedió el permiso para comerciar libremente con América.
La piratería en la costa del Mediterráneo provocó la huida de la población hacia zonas más seguras del interior. Para intentar controlar los ataques piratas se construyeron torres de defensa a lo largo de la costa, como la Torre de la Mora, o como el baluarte sobre el puerto natural de Tamarit, que data de 1617. Las batidas corsarias supusieron un importante tropiezo demográfico y económico para las zonas afectadas.
La iglesia, y más concretamente los arzobispos, jugaron un papel importante en el relanzamiento cultural, artístico y urbanístico de la ciudad en el siglo XVI, ya que estos religiosos, además de ser prelados, ocupaban importantes cargos políticos. Dotaron a la ciudad de una Universidad Literaria, ampliaron los límites de la ciudad amurallada hasta la actual Rambla Nova -con la construcción de la muralla de Sant Joan- y promovieron y financiaron obras y capillas en la catedral de Tarragona. Por otra parte, en la ciudad estaban instaladas numerosas órdenes religiosas que realizaban tareas benéficas y educativas.
La llegada del agua a la ciudad, proveniente de Puigpelat, supuso una importante mejora de la calidad de vida de la población.
En el ámbito artístico, a finales del siglo XVI, se produce un renacimiento del clasicismo de la mano de la Escuela del Camp, con el apoyo del arzobispo Antoni Agustín y los canónigos humanistas.
A pesar de los acontecimientos dramáticos que marcaron la época moderna, la celebración de las fiestas tradicionales continuó siendo uno de los hitos que marcaban el calendario tarraconense.
En 1786 se concedió a Tarragona el permiso para comerciar libremente con América y la actividad económica se orientó hacia el comercio del vino y el aguardiente. Este hecho conllevó la expansión del cultivo de la viña en detrimento de otros productos.
La ventaja de la proximidad del mercado exportador y la facilidad del transporte hacían que fuera un cultivo rentable, por lo que Tarragona se benefició mucho económicamente. Este movimiento económico motivó la aparición de una nueva clase social de obreros y menestrales, mientras que la burguesía aprovechó para invertir en diversas empresas.
A partir de mediados de siglo, el crecimiento económico posibilitó mejoras urbanas que cambiaron la fisonomía de la ciudad.
En 1868 Tarragona dejó de ser plaza fuerte, lo que permitió la construcción de edificios y viviendas fuera de la muralla. Militarmente, las murallas ya no eran necesarias, puesto que las nuevas tecnologías de guerra habían demostrado que eran inútiles.
A partir de 1854 se inició el derribo de la muralla de Sant Joan que permitió la urbanización y la construcción de nuevos edificios en la actual Rambla Nova y la proyección de nuevas calles, como la de la Unió, que harán posible la conexión de la Parte Alta con la Marina. La Parte Alta de la ciudad, más estática, continuó siendo el espacio preferido como residencia por la nobleza, por los eclesiásticos y también, por sectores, de los payeses y los artesanos. La Parte Baja o Marina, de nueva construcción, más dinámica, se convirtió en el lugar donde se establecerá la burguesía comercial con sus talleres y tiendas.
Las obras del puerto y del ensanche de la ciudad provocan el descubrimiento de numerosos restos arqueológicos. En esta época se pudieron salvar muchos restos de la antigua Tarraco, que sirvieron como base del primer Museo Arqueológico.
A lo largo de los siglos, la presencia del puerto fue determinante para el comercio de Tarragona. Las mejoras de la infraestructura del puerto durante este periodo permitieron la introducción de nuevas empresas y, por lo tanto, la modernización de la ciudad.

Comercio

La ciudad cuenta con una extensa cantidad de bares y restaurantes; también dispone de dos grandes centros comerciales que son El Corte Inglés, inaugurado en 2010 y el Parc Central, una gran superficie que cuenta con tiendas de ropa, papeleria y material escolar, juguetería, tienda de electrodomésticos y sala de cines con un Eroski integrado y está situado en el centro de la ciudad. También dispone de ocho Mercadona, seis Supermercados DIA, dos Lidl y un hipermercado Carrefour situado en las afueras de la ciudad. Dispone también de un polígono comercial conocido como «Les Gavarres» situado por la autovía de Reus en donde se encuentran establecimientos como Decathlon, Media Markt, Leroy Merlin, Mc Donald, una bolera, un cine y varios restaurantes.
Tarragona cuenta con una universidad pública: la Universidad Rovira i Virgili, fundada en 1991 y que tiene como objetivos prioritarios la docencia y la investigación. Además ha sido reconocida como Campus de Excelencia Internacional Cataluña Sur (CEICS) por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Tarragona cuenta con un sistema sanitario muy amplio, tiene 8 centros de atención primaria y urgencias gestionados por el CatSalut. La ciudad tiene dos hospitales públicos: Hospital Universitario Joan XXIII y Hospital Sant Pau i Santa Tecla.
Los Mossos d’Esquadra, junto a la Guardia Urbana de Tarragona, son los encargados de controlar la seguridad en la ciudad.

Patrimonio

El conjunto arqueológico que forman las ruinas romanas de Tarraco fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2000, con catorce lugares distintos.
Casco Antiguo . Coincide con el primer asentamiento romano y está ocupado en su mayor parte por el Fórum Provincial de Tarraco. Está rodeado por la Muralla romana, cuya longitud hacia el siglo III a.C. era de unos 4 km. Sin embargo, en la actualidad sólo se conserva alrededor de 1 km y una puerta adovelada original.
Antigua Audiencia. Gran torreón romano en el casco antiguo, construido en el extremo SO del Fórum Provincial de Tarraco. La fachada sobre la Plaça del Pallol, levantada en 1819, es un elegante ejemplo de arquitectura neoclásica.
Anfiteatro de Tarraco. Del siglo I, en su interior conserva también restos de la basílica visigoda de San Fructuoso y de la iglesia de Santa Maria del Miracle, SXII, románica.
Circo romano de Tarraco. Dentro del casco antiguo de la ciudad, hallamos hoy los restos arqueológicos de lo que fue el circo, que ofrecía carreras de carros. Las carceres, donde estaba la salida, se hallan bajo los cimientos del actual ayuntamiento de Tarragona.
Tarraco Arena Plaza. Data de 1883. De piedra mampuesta y ladrillo.
Mercado central. Edificio modernista del año 1915, diseñado por el arquitecto Josep Maria Pujol i de Barberà.
Rambla Nova. Majestuoso paseo, centro de la vida ciudadana. Destaca por sus terrazas, restaurantes, tiendas elegantes y sede de distintas instituciones tanto públicas como privadas. Fue diseñada en 1854 tras la demolición de la vieja muralla de San Juan. Acoge los monumentos a Roger de Lauria, , obra de Feliu Ferrer Galzeran erigido en 1883 y el dedicado a los «Héroes de 1811», obra de Julio Antonio. En su extensión moderna, se levanta el popular monumento a los Castellers.
Balcón del Mediterráneo. Denominado así por Emilio Castelar. Se trata de un mirador situado sobre un acantilado al borde del mar, al final de la Rambla Nova. Está bordeado por una elegante baranda de hierro fundido diseñada por Joan Miquel Guinart a fines del s.XIX. Desde él se puede contemplar una majestuosa panorámica del mar, el puerto, la estación de ferrocarril, el anfiteatro, la playa y La Punta del Milagro desde una altura de 23 metros.
Catedral de Tarragona. Templo cristiano medieval iniciado hacia el siglo XII y parcialmente concluido en el XIV. Comenzada en estilo románico, se completó en estilo gótico, con una presencia importante de elementos posteriores, especialmente del Renacimiento y el Barroco.
Portal de San Antonio. Puerta de la muralla ornamentada a modo de Arco de Triunfo, en 1737. Estilo barroco.
La Casa de la Fiesta de Tarragona. Centro cultural que muestra los elementos fundamentales de las Fiestas de Santa Tecla de Tarragona.
Puerto de Tarragona. Uno de los más importantes de España.
Barrio del Serrallo. Barrio de pescadores, levantado en 1854 al ser demolidas las casas y almacenes de los pescadores para construir la estación del ferrocarril.
Teatro Metropol. Diminuto y coqueto teatro modernista en la Rambla Nova.
La Torre de los Escipiones. Monumento funerario romano en forma de torre. Aceptablemente conservada y datable en el s. I d.C.

Museos

Museo Diocesano de Tarragona
Casa de la Festa
Museo y Necrópolis Paleocristianos
Museo Nacional Arqueológico
Museo del Puerto de Tarragona
Museo de Arte Moderno de Tarragona
Museo Bíblico Tarraconense
Museo Casa Castellarnau
Museo Casa Canals

La fiesta grande de la ciudad, entre el 15 y el 24 de septiembre, declarada de interés turístico nacional por el Gobierno de España y fiesta tradicional de interés nacional por la Generalidad de Cataluña. Se realizan más de 500 actividades.
Celebrado durante las dos últimas semanas de mayo, es un festival cultural internacional dedicado y especializado en la divulgación histórica de la época romana. Con él, la ciudad vuelve a la época clásica con legionarios, gladiadores, artesanía, comida, etc.
Como Patrimonio mundial, desde nuestro Magazine recomendamos que no os perdáis lo siguiente:
1- ANFITEATRO ROMANO.
Edificio de forma oval construido en el siglo II a poca distancia del mar, las gradas se excavaron en la roca. El anfiteatro mide 109,5 por 86,5 metros en total y cabían unos 14.000 espectadores. Tenían lugar las luchas de gladiadores con fieras, así como las ejecuciones públicas. El año 259 se quemaron vivos al obispo Fructuoso y sus diáconos Augurio y Eulogio. A principios del siglo VI, se edificó una basílica visigótica, sobre la que se estableció la iglesia medieval de Santa María del Milagro.

2- CATEDRAL Y MUSEO DIOCESANO

La Catedral, dedicada a Santa Tecla, está situada aproximadamente en el mismo lugar que el templo romano. El Foro Provincial, sede de la administración pública de la provincia Tarraconense del siglo I d.C., se estructuraba en dos plazas a diferentes alturas; la superior (recinto de culto) estaba rodeada de un pórtico del que quedan notables restos en el claustro de la Catedral. En posición axial, se levantaba un aula, que se ha identificado como la celda de un grandioso templo de culto al emperador. La Catedral se empezó a construir en el siglo XII en estilo románico, se continuó en gótico y se consagró el 1331, pero quedó inacabada debido a la Peste Negra. Su fachada, con la gran portada y el rosetón, es una de las imágenes más emblemáticas de la ciudad. Entrando por el claustro se puede visitar el Museo Diocesano y el retablo de Santa Tecla. La escultura del claustro es uno de los conjuntos más remarcables de la plástica románica en Cataluña, y se fecha a finales del siglo XII y principios del XIII. En cuanto al Museo Diocesano, destacan especialmente las colecciones de arte religioso de época medieval y moderna procedentes de Tarragona y de su diócesis; retablos, esculturas de piedra o talladas en madera, orfebrería, forja, textil, cerámica, etc.
 
3- PRETORIO Y CIRCO ROMANOS
El Circo era el edificio destinado a las carreras de caballos y carros y estaba situado entre la Vía Augusta y el foro de la provincia. Tenía una forma alargada con unos 325 metros de longitud y hasta 115 de ancho, y se calcula que tenía una capacidad de 30.000 espectadores. El circo de Tarragona se construyó el siglo I y tiene la particularidad de estar situado dentro de la ciudad, por lo que tiene algunas características arquitectónicas especiales. Está considerado entre los circos mejor conservados de Occidente, aunque parte de su estructura sigue oculta bajo viejos edificios del siglo XIX. El Pretorio es una torre de época romana que alojaba las escaleras que permitían el paso de la ciudad baja hasta el foro provincial a través del circo, con el que está comunicado por pasillos subterráneos. Es uno de los ángulos del gran rectángulo de la plaza del Foro Provincial. En el siglo XII se convirtió en el palacio de los reyes de la corona de Aragón y posteriormente en prisión.
4- BALCÓN DEL MEDITERRÁNEO
Situado en lo alto de la Rambla Nova, a unos 40 metros sobre el mar, permite una visión privilegiada del Mare Nostrum, el puerto de Tarragona, la playa del Miracle y el Anfiteatro. Lugar muy querido por los tarraconenses, donde confluyen todos los que, paseando, van «a tocar hierro». La barandilla tiene una forma inconfundible y se dice que tocarla da suerte.
5- LAS PLAYAS
Otro de los grandes atractivos para el visitante lo encontramos en los 15 kilómetros de costa que dan origen a las playas y atractivas calas de aguas cristalinas y de fácil acceso.
Las playas de Tarragona se caracterizan por la arena muy fina y de color dorado, que ha dado nombre a la Costa Dorada. La arena es blanda, suave, y se adapta al cuerpo cuando os tumbáis para tomar el sol con una simple toalla para evitar que se te enganche a la piel. Si esto ocurre, sólo hay que esperar que se seque y la arena caerá sola, si bien la mayoría de playas tienen duchas para refrescarse.
El clima templado permite el baño de junio a septiembre y tomar el sol o pasear prácticamente durante todo el año. Las playas y calas de la Costa Dorada tienen una pendiente muy suave que permite caminar dentro del agua o nadar en ellas sin riesgos. Hay que tener algunas precauciones elementales, como informarse de la previsión del tiempo, observar si la Cruz Roja ha puesto la bandera amarilla o roja, que te alerta del mal estado de la mar y no alejarse demasiado de la costa.
Nuestro confort en la playa está garantizado por un amplio abanico de servicios, desde la limpieza y los análisis del agua y la arena, hasta los restaurantes y alquiler de hamacas y diferentes elementos para practicar deportes. El Patronato Municipal de Deportes también organiza actividades deportivas en verano. Toda esta oferta es reconocida anualmente con banderas azules para las playas urbanas y con la protección del medio ambiente en las playas ecológicas.
Las playas son también un ecosistema muy rico, donde se encuentran los seres vivos de mar con los de tierra, por lo que hay una gran diversidad: plantas adaptadas a la sal, plantas que fijan las dunas de arena, pájaros que aprovechan el agua de los humedales, etc. Desgraciadamente, la explotación turística de la costa ha dañado gran parte de esta riqueza natural, pero en Tarragona puedes todavía encontrar dos zonas muy bien conservadas, que están protegidas por ley:
El Plan de Espacios de Interés Natural (PEIN) de la Punta de la Mora hay diferentes comunidades vegetales: en el interior, una maquia de coscoja con palmito, tras un bosque de sabinas y pinos blancos y piñoneros, a menudo inclinados por la brisa marina. Ya en el mar, hay algas y una pradera de posidonia, planta que es la base de una multitud de peces.
En el espacio natural de la desembocadura del río Gaià y playa de Tamarit se han identificado más de 80 especies de pájaros. En el interior, el bosque de ribera está dominado por los álamos, y más hacia la costa por cañas y carrizos, que se están sustituyendo por replantaciones de árboles autóctonos, como chopos y sauces. En estas zonas, existe la posibilidad de realizar itinerarios y actividades pedagógicas destinadas a asociaciones, grupos, escuelas, institutos y universidades para conocer las características del espacio natural.

6- FORUM PROVINCIAL

En el siglo I a.C., con la pacificación de la zona, el ejército romano dejó libre la Parte Alta, que se monumentalizó con tres terrazas situadas de forma escalonada. Al nivel intermedio se situó la plaza del Foro Provincial, centro político y administrativo de la provincia Tarraconense. Se trataba de una gran plaza rodeada de un porticado, hoy en día ocupada por decenas de casas y calles. Actualmente se pueden observar restos de los pórticos en los edificios de la Antigua Audiencia (torre sub-occidental), en la plaza del Pallol (puerta, vuelta y pilastras del Antiguo Beaterio), en la plaza del Foro (muro angular) y en el Pretorio (torre suroriental con puertas, bóvedas y pilastras).
7- LA RAMBLA NOVA
Desde su fundación, el comercio es un sector importante en la economía de Tarragona. En los últimos años, el comercio minorista ha tomado un fuerte impulso, tanto por la presencia de cadenas de fuera de la ciudad como por la organización y renovación de la oferta genuinamente tarraconense. La gran ventaja que ofrece Tarragona es que las compras se pueden realizar a pie por las diferentes zonas de peatones, o por la Rambla Nova, verdadera arteria de la ciudad, que abarca desde la transitadísima plaza Imperial Tarraco, principal nodo viario de la ciudad , hasta el balcón del Mediterráneo.
A lo largo de la Rambla Nova y por las calles adyacentes puede disfrutar del calor de los pequeños comercios con un amplio abanico de tiendas y servicios. Puede encontrar bancos, joyerías y todo tipo de tiendas tradicionales que venden moda, calzado, complementos, etc. En el casco antiguo (Parte Alta), en un marco muy adecuado, hay algunas tiendas que conservan restos en su interior. Muchos de los establecimientos son anticuarios. También puede encontrar excepcionales joyeros de diseño y reconocidos maestros en el arte de trabajar materias preciosas.
La mayoría de comercios tradicionales de Tarragona se han agrupado con la marca la T de Tarragona, para promoverse y dar servicios y ofertas conjuntamente. VIA T Tarragona-Shopping es una zona comercial que ofrece la posibilidad de comprar al aire libre y en el que participan las tiendas del centro de la ciudad (de la plaza Imperial Tarraco en el Balcón del Mediterráneo y de la Parte Alta en el Foro Local) .
Si lo que deseas es comprar alimentos frescos en un ambiente muy típico, es necesario que visites los mercados de Tarragona. El mercado central, situado a poca distancia de la Rambla Nova, es un importante edificio modernista (Josep M. Pujol, 1915).

8- MUSEO NACIONAL ARQUEOLÓGICO DE TARRAGONA

Conoce una ciudad romana a través de los elementos arquitectónicos, las esculturas, los mosaicos y los objetos de uso personal y cotidiano procedentes de la antigua Tarraco, capital de la provincia romana más importante de Hispania, expuestos en el Museo Nacional Arqueológico de Tarragona.
El Museo Nacional Arqueológico de Tarragona es el más antiguo de Cataluña en su especialidad. Se formó durante la primera mitad del siglo XIX, a partir de colecciones de los siglos XVI, XVII y XVIII, aunque la mayor parte de los fondos han sido recuperados en los últimos ciento cincuenta años como consecuencia de la construcción del puerto moderno y del extraordinario crecimiento urbanístico de la ciudad.
El Museo Nacional Arqueológico muestra en sus colecciones una clara vocación romanista. La importancia histórica y monumental de la ciudad de Tarraco y la problemática arqueológica urbana que conlleva el yacimiento han orientado los esfuerzos investigadores del Museo hacia esta etapa histórica.
Los materiales proceden básicamente de los trabajos de urbanización, privados y públicos, de los hallazgos casuales y de las aportaciones particulares, por lo menos hasta la tercera década del siglo XX. Esta tendencia cambiará sustancialmente a partir de las excavaciones metódicas que Joan Serra i Vilaró llevará a cabo el Foro de la Colonia ya la Necrópolis Paleocristiana (1926 hasta 1933).
9- ACUEDUCTO DE LAS FERRERES O PUENTE DEL DIABLO
El famoso Puente del Diablo es sólo un fragmento de una larga canalización para llevar agua a la ciudad desde el río Francolí. El agua se captaba en la zona del Rourell, a 92 metros sobre el nivel del mar y se conducía más de diez kilómetros a través de diferentes canalizaciones y acueductos de diferentes tamaños. El de la partida de las Ferreres tiene unos 217 metros de largo, una altura máxima de 27 y casi 2 metros de espesor, la hilada superior tiene 25 arcos y la inferior 11, con unos 5’90 metros de luz. Fue construido en el siglo I con grandes sillares colocados en seco, que forman una doble línea de arcadas.
10- ARCO DE BERÁ
Arco honorífico dedicado al emperador Augusto. Fue construido a finales del siglo I a.C., sobre la vía Augusta, a más de 20 kilómetros al norte de Tarragona. Actualmente este lugar corresponde a la carretera N-340 y en el término municipal de Roda de Bará. Fue decorado con pilastras corintias y molduras, y coronado con un arquitrabe, friso, cornisa y ático. Se ha perdido una parte de la inscripción que había en el friso y toda la del ático. Por su situación y su forma inconfundible, con decoraciones geométricas sencillas y claras, es uno de los monumentos más conocidos de Cataluña.

11- MURALLAS

En el siglo II a.C. se dotó Tárraco de una gran muralla que delimitaba el perímetro urbano. Su longitud era de unos 3.500 m, de los que se conservan actualmente 1.100, que rodean el casco antiguo. Las murallas son la construcción arquitectónica romana más antigua de todas las conservadas fuera de Italia. Entre los siglos XVI y XVIII se reforzaron con baluartes, la falsa braga y los fortines exteriores, a fin de adaptar las defensas de Tarragona a la artillería. El Paseo Arqueológico circula entre la muralla romana y la falsa braga moderna, entre jardines y poesías románticas y explicaciones históricas. Destacan la torre del Arzobispo, con notables reformas medievales, y la de Minerva, que contiene la escultura y la inscripción romanas más antiguas de la Península Ibérica.
12- TEATRO ROMANO
Construido en época de Augusto, en las proximidades del Foro de la Colonia y de la zona portuaria, aprovechaba el fuerte desnivel del terreno para apoyar a él, en parte, la grada. A pesar de haber sido objeto de importantes destrucciones en el transcurso del siglo XX, conserva restos de las tres partes fundamentales del edificio: cavea (grada), orchestra (hemiciclo al pie de la grada) y scaena (el espacio escénico), que se pueden ver desde el mirador construido al efecto.

13- TORRE DE LOS ESCIPIONES

En la época romana era normal enterrar a los muertos cerca de las vías, en las afueras de las ciudades. Este monumento funerario romano del siglo I es la tumba más famosa de la zona de Tarragona, situada ahora al borde de la carretera N-340. Tiene forma de torre y estaba coronada por una pirámide que no se ha conservado. Se pueden ver tres cuerpos hasta una altura máxima de 9,17 metros. En el cuerpo central, hay 2 figuras en alto relieve que representan el dios funerario Atis, sobre las que hay una inscripción, y el tercer cuerpo, un bajo relieve con dos figuras, seguramente de las personas que fueron enterradas.

14- PEDRERA DEL MÉDOL

Es una gran cantera, el elemento más notable es el Clot del Mèdol, de donde se extrajeron unos 50.000 metros cúbicos de piedra caliza del mioceno, de colores dorados y mayoritariamente fosilífera (lumaquela), excepto las partes más arenosas, que no tienen fósiles. En algunas paredes de la cantera aún se puede observar el sistema de extracción de los sillares. El elemento más emblemático es la aguja del Mèdol, una columna testigo de más de 16 metros de altura. Se puede llegar desde la autopista AP-7 (dirección sur) por el área del Mèdol o desde la carretera N-340: a partir de la rotonda de la Mora, hay que cruzar la autopista y luego continuar a pie unos 5 minutos en dirección a Tarragona.

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