El maestro Sergio Pérez es un pianista y compositor nacido en Punta Arenas, con estudios formales en el Conservatorio de Música de la Pontifica Universidad Católica de Valparaíso. Ha publicado hasta la fecha tres discos: “La Suite Austral”, “Magallanes de Agua, Aire, Tierra y Fuego” más la banda sonora de la película “Gente Mala del Norte”. En la actualidad es director y docente del Conservatorio de Música de la Universidad de Magallanes. Trabaja con un cuerpo docente de 9 profesores de diferentes áreas del conocimiento musical.
El Conservatorio de Música de la Universidad de Magallanes funciona desde el año 1989, desarrollando a la fecha una importante labor en la formación musical de niños y jóvenes de la Región de Magallanes y Antártica Chilena, destacándose además por difundir la música docta en la Patagonia Austral.
Ha realizado estudios de composición con Juan Amenábar, Juan Allende Blin, Gustavo Becerra-Schmidt, Samuel Adler y Juan Lemann en la facultad de Artes de la Universidad de Chile. Paralelamente a sus estudios de piano y composición obtiene con Distinción Máxima la Licenciatura en Música otorgada por la Universidad de Chile.
El gran maestro compositor y pianista nos concede una entrevista personal para nuestro Magazine.
– ¿De qué manera descubrió la pasión a la que se iba a dedicar?
Me di cuenta cuando comencé estudios de ingeniería civil en la Universidad de Santiago de Chile. A pesar de estudiar algo tan distante a la música gran parte de mi tiempo lo invertía estudiando piano, improvisando y componiendo. Descubrí que cualquier cosa que pasara en mi vida, la música seguiría siendo lo más importante.
– Ud imparte clases como docente y además es director del Conservatorio de Música de la Universidad de Magallanes.
¿Cómo llegó a ese gran punto en su vida?
Fue una circunstancia que no busqué, ya que no siempre me he sentido un líder, pero me di cuenta que había mucho por hacer, avanzar y desarrollar la actividad musical en Magallanes, mi región, y si no era yo quien lo hacía las cosas seguirían pasando de manera amateur o autodidacta. Sentí como una especie de llamado a profesionalizar la actividad académico musical y creativa en mi ciudad.
– Ud estudió composición con Juan Amenábar, Juan Allende Blin, Gustavo Becerra-Schmidt, Samuel Adler y Juan Lemann en la facultad de Artes de la Universidad de Chile. ¿Qué le aportó a su carrera esa gran experiencia?
Sin duda recibir clases de estos próceres de la música chilena me acercó a un universo creativo que durante mucho tiempo fue ajeno a mi. Con Amenabar descubrí que las formas y estructuras se pueden romper al antojo del creador. Comprendí que el sonido es la materia prima con la cual se desarrolla la música. Con Becerra-Schmidt adquirí la confianza para desarrollar proyectos composicionales de mayor envergadura, me enseñó a confiar en mis conocimientos e intuición al momento de tomar decisiones dentro de una composición. De Juan Lemann aprendí que no tiene gran valor mantenerse sujeto a las reglas compositivas o de moda si el producto sonoro no resulta atractivo o el mensaje carece de un contenido más profundo.
Todos ellos sin duda marcaron mis estudios de música en a mis 20 y tantos años. Soy un agradecido de haber estado tan cerca de Juan Amenabar principalmente durante más de 3 años en la Universidad de Chile.
– Uno de sus proyectos fueron unas partituras de obras para guitarra y orquesta, incluidas en el libro “Compositores del Fin del Mundo: Música del Siglo XXI». La publicación de 60 páginas incluye partituras impresas en papel y además con la opción de revisarlas en formato digital, gracias a un CD (Disco Compacto) que viene incluido. En este proyecto Ud trabajó con Javier Contreras, explíquenos, ¿cómo fue la experiencia de trabajar juntos?
Hable a nuestros lectores sobre esta publicación.
A Javier lo conozco desde el año 2001, en aquellos años Javier, con 18 años más menos, estaba egresando de nuestro conservatorio en Punta Arenas que yo comenzaba a dirigir de manera suplente. Fue mi alumno de 5º año de Lectura, Teoría y Solfeo Musical. Destacaba por su talento, por su manera de comprenden la música y por su dedicación abnegada a la guitarra, cosa que ocurre hasta el día de hoy. Luego seguí su carrera de guitarrista y compositor. Fue por ello que al momento de recopilar las obras que serían incluidas en este libro «Compositores del Fin del Mundo: Música del Siglo XXI». no dudé en solicitarle autorizar la publicación de sus obras en este libro. Javier eligió con plena libertad qué obras publicar.
Este libro tiene una importancia que marcará un antes y un después ya que no se habían publicado partituras de compositores de estas latitudes con anterioridad al mencionado libro. Ni en el siglo anterior, ni en el presente.
– Nos gustaría saber más acerca de su disco «La Suite Austral».
Suite Austral es una obra que compuse el año 2000, contiene 7 piezas de distintos caracteres que reúnen principalmente cantos selknam y kawesqar combinados con sonidos sintéticos análogos y digitales. Intenté dar un delicado y respetuoso tratamiento a estas combinaciones para que el mensaje poético que encontré en los cantos no cambiara a pesar de renovar sus estructuras y de introducirlos a una textura electrónica tonal, en gran parte del disco. En general el disco gusta mucho a las nuevas generaciones a pesar de tener más de 15 años de existencia.
Lo pueden descargar gratuitamente los lectores desde el sitio:
http://www.portaldisc.com/disco.php?id=1561
utilizando el código: sta506344122
Durante mucho tiempo mis conciertos llevaban el nombre Suite Austral por lo que el público muchas veces asociaba este nombre a un grupo, banda o artista y no con una obra musical en particular.
– Otro de sus discos es «Magallanes de Agua, Aire, Tierra y Fuego”. ¿En qué se diferencia de «La Suite Austral»?
Este es un disco que surgió producto de varios trabajos que venía realizando de manera paralela. Por un lado componiendo música para la coronación de la Reina del Carnaval de Invierno de la Municipalidad de Punta Arenas; música para el documental «Estrecho de Magallanes (des) encuentro de dos miradas» y componiendo una especie de 2ª parte de Suite Austral. Pretendía reunir los sonidos tan propios de nuestro entorno como sus aguas, viento, fuegos, aves y voces de culturas originarias. Creo que el resultado de esta obra se dispersó un poco, pero conservando la idea inicial con piezas muy acústicas y otras muy electrónicas.
– Además, tiene un disco con la banda sonora de la película “Gente Mala del Norte”, ¿cómo fue la grabación y la experiencia?
Fue una experiencia muy enriquecedora, la historia del largometraje que oí desde niño siempre llamó mi atención y fue un sueño cumplido poder crear una obra sinfónica de gran envergadura, grabarla en vivo en el Auditorio de la Universidad de Santiago de Chile con músicos profesionales en sincronía a las escenas, tal como había visto en hollywood o como sucede en las grandes producciones cinematográficas. Además esta producción me valió la nominación en el Festival de Cine de Viña del Mar como mejor banda sonora de largometraje chileno. Todo el proceso de esta obra fue verdaderamente muy valioso en mi carrera.
– ¿Alguna anécdota para recordar que le haya sucedido en alguno de sus proyectos?
El año 2014 obtuvimos el «Audience Award» con el equipo de Delight Lab por la obra «Ritual Hain» en el festival de video-mapping Circle of Light realizado en Moscú, Rusia. Mi labor en este proyecto fue componer la música y realizar el diseño sonoro de esta obra.
Este es el link para ver:
https://www.youtube.com/watch?v=7zakMbxdZ5s
El premio prácticamente no tuvo difusión en noticias y medios de comunicación nacionales. Un viaje que se gestó sin financiamiento o ayuda de parte del estado. Cosas que sólo pasan en Chile.
Maestro Pérez le agradecemos su atención y que nos haya dedicado su tiempo para realizar esta maravillosa entrevista, desde nuestro Magazine le deseamos que siga teniendo grandes éxitos profesionales.
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