Pavel Oyarzún nació en Punta Arenas en 1963.

Ingresó en La Universidad de Magallanes, estudiando Pedagogía Básica y se tituló en el año 1986 como Profesor de Educación General Básica.

Además ha participado en diversos encuentros literarios tanto a nivel nacional chileno como internacional. En el año 2002 recibió el Premio Municipal de Literatura de Punta Arenas.

En el 2005 ganó el Premio Mejores Obras Inéditas del Consejo del Libro y la Lectura. Ha sido incluido en antologías y sitios de Internet en Chile y el extranjero.

Publica su primer libro La Cacería en 1989 y un par de años más tarde, el segundo al que llamó La Jauría Desquiciada (1993).

Más tarde deja atrás la poesía para abrirse paso a la narrativa, porque quería decir cosas que el lenguaje poético no le permitía.

Esto comienza con la novela El paso del diablo que se publicaría en el 2004.

Su profesor de castellano, don Fulvio Molteni, es un hombre sumamente reconocido y formador de lectores y escritores.

Para Pavel, Molteni fue la primera persona que lo acercó a la literatura.

Sus Obras:

Poesía:

La Cacería (1989)
La Jauría Desquiciada (1993)
La Luna no tiene Luz propia (1994)
Antología Insurgente: La Nueva poesía Magallánica (1998)
Patagonia: La Memoria y el Viento (2000)
In Memoriam (2002)

Novela:

El paso del Diablo (2004)
San Román de la Llanura (2006)
Barragán (2009)

Hoy en nuestro Magazine, conversamos con este gran escritor para saber más acerca de sus obras.

Buenos días Sr Oyarzun, le agradecemos que nos conceda esta interesante entrevista para nuestro Magazine.

– ¿Cómo recuerda el momento en que decide dedicarse a la escritura?
En realidad, más que un momento fijo, grabado en la memoria, recuerdo una etapa inicial, un proceso de encuentro con la poesía, con la lectura, esto alrededor de los 12 o 13 años. Es una especie de descubrimiento personal, en etapas, de fascinación, de asombro. De allí el impulso, el deseo de lánzame también, por cuenta y riesgo propias, a la escritura, a los primeros ensayos de escritura. En estos primeros embates, marcado por la poesía de Neruda, pero luego vendrían Huidobro, Parra, César Vallejo, en fin.

– ¿Tiene alguna preferencia entre escribir narrativa o poesía?pavel-oyarzun
No. Si pudiera, escribiría tanto narrativa como poemas. Ambas me parecen fascinantes. Pero, en mi caso es un asunto de capacidades; quiero decir que en los últimos 14 años de escritura me he abocado a escribir novelas. En mí, las ideas literarias que antes se traducían en versos, ahora se refrendan en historias, personajes, descripciones, diálogos. En otros términos, no es un asunto de predilección entre un género y otro, sino de lenguaje, o de aproximación a un tipo de lenguaje, que, en mi caso, insisto, es el lenguaje narrativo. Ya quisiera yo continuar escribiendo poemas. A modo de consuelo, sigo siendo un buen lector de poesía. Es de por vida.

– ¿Cree que es cierto que los escritores tienen una responsabilidad social, por lo que escriben?
Los escritores, y cualquiera que no sea un anacoreta y viva en una comunidad tienen una responsabilidad social, aunque no quieran. No es un asunto de oficio, es una consecuencia de la vida colectiva.

– ¿Cómo se inspira o se concentra para escribir una obra?
Prefiero hablar de concentración. Es cierto que en ocasiones alguna obra surge de un hecho hasta nimio, no sé, una imagen, algún recuerdo, el leer alguna noticia, o alguna imagen, pero luego viene el trabajo, la planificación de ese trabajo, la configuración de personajes posibles, la tensión de la historia, incluso los tres o cuatro finales probables, o con leves diferencias, en fin. En lo personal, disfruto más de la reescritura; una vez terminada la primera versión, las correcciones, el inicio de la forma final que tendrá novela.

– ¿Hay algún autor que le haya influenciado?
Sin duda muchos, aunque no tenga plena certeza, en detalle, de aquellas influencias. Las influencias son inevitables. Pero sí podría referir algunos autores que me marcaron como lector: Rimbaud, Baudelaire, Neruda, César Vallejo, Fernando Pessoa, por citar a un puñado de poetas. Y en narrativa, Horacio Quiroga, Borges, Juan Carlos Onetti, John Fante, Raymond Carver, Truman Capote, Bolaño, y un largo etcétera.

-¿Cuánto tarda, aproximadamente, en escribir un libro?
Por lo general varios meses, puesto que como dije a una primera versión, que puede resultar más o menos rápida, le sobrevienen varias relecturas, reescrituras, mucha corrección. Seis u ocho meses. También depende de la envergadura de la historia, me refiero a la cantidad de personajes y episodios relatados. Y también al ritmo y entrecruces de la trama. Hay novelas que me exigen un mayor tiempo de trabajo, sin duda.

-¿Cómo definiría su poesía?
Primero, como escasa. Es decir, no fui un poeta prolífico; alrededor de cien o ciento veinte poemas publicados. Luego podría decir que mi poesía está ligada, de manera importante, a la historia de Patagonia Y Tierra del Fuego, sobre todo, a episodios dramáticos, o directamente trágicos de ella. Colonización y violencia en contra de los pueblos originarios. También aquellos hechos de surgimiento y caída del movimiento obrero austral. Y algo de paisaje además, en un lugar signado por su inmensidad telúrica.

-Explique a los lectores de qué se trata su obra, El Paso del Diablo.
Esta ambientada en la Provincia de Santa Cruz, Patagonia argentina, durante los últimos días de la gran huelga de los trabajadores ganaderos, diciembre de 1921, y que concluyó con una fuerte represión por parte del ejército, de las tropas del 10 de Caballería, al mando del teniente coronel, Héctor Benigno Varela. Es la huida del líder anarquista de la huelga, Antonio Soto Canalejo, de 24 años de edad, nacido en El Ferrol, Galicia (Ironiás del destino: el lugar en donde también naciera, Francisco Franco). La tarde-noche del 7 de diciembre, Soto Canalejo (en la novela, “el Gallego Antonio”) huye, junto a un puñado de sus compañeros, hacia Chile, a través de un paso cordillerano, siendo perseguidos de cerca por una patrulla militar, al mando del implacable, sargento Valenciano.

-¿Cómo nos describe, San Román de la Llanura?
San Román de la Llanura es un pequeño poblado, ubicado a 200 kilómetros al norte de Punta Arenas, en la zona más árida de la provincia de Magallanes, construido por la voluntad y el deseo de un magnate austral, Maximiliano Meléndez, con el propósito de contar con su propio asentamiento, su propia pequeña ciudad. Año, 1931. Hasta allí llega un joven periodista, Roberto García, contratado para escribir la biografía de este potentado ganadero y naviero. Es una historia bastante larga –más de 350 páginas – donde se desencadenan una larga secuencia de hechos, algunos dramáticos, otros patéticos, y no exentos de humor negro, de ironías. San Román de la Llanura me dio, primero, la satisfacción de su escritura, y luego, el Premio Consejo Nacional del Libro y la Lectura, Categoría: Novela Inédita.

-Su tercer libro, Barragán, ¿en qué se diferencia de los anteriores ? Háblenos sobre sus personajes, el lenguaje, etc.
Es un regreso un tanto mayor, en el tiempo. Está ambientada en Tierra del Fuego, a fines del siglo XIX. Habla de Felipe Barragán, un mestizo tehuelche, que parte a trabajar en el levantamiento de la misión La Candelaria, impulsada por la Iglesia Católica, con el propósito de reunir allí, a los sobrevivientes del pueblo selknam, diezmados por los colonos. Pero para Barragán este es el medio, la excusa precisa para iniciar una campaña de ataques a los intereses de los blancos. Es una suerte de vengador de los selknam. Salvo una referencia bibliográfica, muy somera aunque valiosa, Felipe Barragán, para la historia oficial, nunca existió. Para construir este personaje, más otros como Covadonga Ona, o los hombres del propio rebelde, contaba con muy poca información. Desde ese punto de vista, fue una novela que me ofreció dificultades, pero también la satisfacción de escribirla, en un lenguaje directo, a veces descarnado, y descriptivo en otras. Es cierto, en términos oficiales, Barragán nunca existió, no hay registros convencionales de su accionar vengador, pero ahora sí existe, por lo menos en esta novela.

-¿Tiene un nuevo proyecto para publicar en mente?pavel-oyarzun
Hace una semana, en Santiago de Chile, apareció mi cuarta novela publicada: Krumiro (LOM Ediciones). Y actualmente trabajo en una quinta novela: El Sol de los Lobos. Ambas ambientadas en un tiempo contemporáneo, urbano; Magallanes y Santiago de Chile.
Me gustaría hacerles llegar un ejemplar de mi novela, Krumiro. Compartirla con ustedes. Ya veremos el modo. Un gran abrazo agradecido….

Sr Oyarzun le agradecemos de nuevo que nos haya dedicado su tiempo en concedernos esta entrevista que seguro será de gran interés para sus seguidores y nuestros lectores.

Desde nuestro Magazine le deseamos que siga cosechando tantos éxitos profesionales como hasta ahora.