La Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa) es una feria del libro chilena que se realiza anualmente en Santiago durante Octubre-Noviembre, y es organizada por la Cámara Chilena del Libro.
Fue creada en 1981, por iniciativa del alcalde de Santiago de la época, Carlos Bombal. Originalmente se realizaba en el Parque Forestal, detrás del Museo Nacional de Bellas Artes; sin embargo, desde 1989 se celebra en el Centro Cultural Estación Mapocho.
En 1990 se le agregó la calificación de «Internacional» y en 2011 hubo, por primera vez, un sector dedicado al libro electrónico.
La Feria Internacional del Libro de Santiago, en su versión número 36, se realizó desde el 20 de Octubre al 6 de Noviembre de 2016, en el Centro Cultural Estación Mapocho, con México como país Invitado de Honor. Hubo narrativa, ediciones de gastronomía y textos ilustrados. La Feria Internacional del Libro de Santiago es el encuentro literario y cultural más importante de Chile, reconocida entre las más relevantes en su tipo en Latinoamérica.
Organizada por la Cámara Chilena del Libro, en sus más de dos semanas de duración, FILSA concentró en el Centro Cultural Estación Mapocho a más de un centenar de escritores nacionales y extranjeros en un programa cultural que sobrepasó las 500 actividades, las que han sido trabajadas en coordinación con distintas entidades del libro, la cultura y la educación para garantizar su calidad y diversidad.
Este año se conmemoró los cien años del natalicio de Gonzalo Rojas, connotado poeta nacional con fama a nivel mundial, que sostuvo un estrecho vínculo con México.
Dicho país ha significado un gran aporte al conocimiento en Chile de las letras, la divulgación de su cultura y el intercambio con autores nacionales, a través de las mesas de conversación, debates y presentaciones que han sido parte del programa de este año. La comitiva mexicana, más de 30 autores y creadores mexicanos, aportó con expresiones culturales, artísticas y literarias, lo mejor de México. La representación mexicana incluyó además, cine, música, danza e incluso, comida típica.
En las actividades que tuvieron lugar en los 18 días de Feria, se llevaron a cabo homenajes a los chilenos Gonzalo Rojas y Roberto Bolaño, así como un ciclo de cine dedicado al actor mexicano Jorge Negrete; pudimos ver lanzamientos de libros; homenajes; visitas guiadas de colegios; talleres para niños y adultos; presentaciones de baile folclórico mexicano; un concierto con tintes indígenas de la soprano mixe María Reyna López; un taller de narrativa a cargo del ilustrador y editor mexicano Mauricio Gómez Morín, fueron algunas de las atracciones.
Con más de 150 expositores, en la feria hubo múltiples novedades ilustradas. Al centro de la ex estación de ferrocarriles estaban los grupos editoriales más grandes del país: Penguin Random House y Planeta. En el primero se ofrecieron los títulos de la premio Nobel bielorrusa Svetlana Alexiévich. De Roberto Bolaño, las nuevas ediciones por el sello Alfaguara. En DeBolsillo nos ofreció colecciones que tiene en su catálogo a autores como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Isabel Allende, Roberto Ampuero, Truman Capote y Susan Sontag.
En el caso de Planeta, la editorial trajo los ensayos completos del narrador argentino Fabián Casas, además de las novedades del escritor estadounidense John Irving, y del sueco Henning Mankell, a un año de su muerte, por la editorial Tusquets. Se sumó la autobiografía de John Le Carré.
En el mismo sector central de la estación estaba Editores de Chile, que presentó su local con un diseño atractivo y sencillo. Entre sus mesones estaban las nuevas impresiones de los sellos Tajamar, OchoLibros, Mago, Amanuta, Forja, Ekaré y Lom.
El universo de la comida ha sido registrada desde hace un par años. En Filsa se encontraron Comida rica, de Juan Pablo Mellado; Viaje al sabor, de Carlos Reyes; Cocina de barrio, de Chris Carpentier; En su salsa, de Ciro Watanabe y La cocina de mi vida, de Tomás Olivera. Y para seguir hubo un sector completo en la feria destinado a la gastronomía mexicana y un mobiliario colorido que invitaba a disfrutarla.
Cada año FILSA atrae a miles de personas, público que encuentra en esta feria una diversidad cultural que trasciende lo literario, hasta transformarse en un panorama imperdible de la cultura en Chile. Pero aunque las tecnologías, las redes y las apps cobraran relevancia en esta versión, los escritores y los libros siguieron siendo los protagonistas.

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