Todos sabemos la importancia de la salud y su cuidado, sobre todo si estamos en un país extranjero, en el que desconocemos el funcionamiento de los servicios sanitarios, así que vamos a hacer un pequeño resumen (porque el tema daría para un libro entero) para intentar aclarar un poco el panorama.
Si eres uno de los afortunados expatriados que trae un seguro internacional desde casa, la complicación no será muy grande, ya que en la mayoría de los casos deberás pagar por los servicios y después solicitar su reembolso (cosa que a veces no es tan sencilla por la cantidad de papeles que te piden, pero eso es harina de otro costal).
Si eres como cualquier hijo de vecino, deberás optar entre contratar una ISAPRE (Institución de Salud Previsional) o tener FONASA (Fondo Nacional de Salud). En castellano simple, sanidad privada o pública.
La sanidad pública en Chile no es de buena calidad, esto es una realidad: listas de espera, hospitales saturados, etc. Por lo tanto, siempre que se pueda, conviene contratar una Isapre, ya que vas a pagar de todas maneras.
Partamos por explicar que de la nómina es obligatorio descontar un 7% para la salud (con un tope máximo que varía cada año -en 2018 son 5,481UF, lo que equivale aproximadamente a 147.000 pesos chilenos-). Este 7% se lo puedes pagar a FONASA o a una Isapre, por lo que en cualquier caso, deberás pagárselo a alguien. El tema es que con ese importe que te descuentan de la nómina, es bastante improbable que encuentres un plan de salud decente (salvo planes muy específicos y que suelen ser para hombres solteros), sobre todo si vienes con familia o eres mujer en edad de tener hijos, por lo tanto, es muy importante cotizar y averiguar bien las coberturas del plan que vayas a contratar.
En Chile existen muchas Isapres, todas más o menos iguales, y que ofrecen más o menos los mismos planes. El secreto de tener una buena cobertura no es sólo elegir bien la Isapre, sino elegir bien el plan que contratas. En todos los casos deberás pagar no sólo la mensualidad, sino que cada vez que vayas al médico, te hagas un análisis, radiografía o cualquier otra prueba médica. Si lo que necesitas es una operación, prepara bien el bolsillo, porque eso ya son palabras mayores.
En líneas generales los planes te cubren por un lado la hospitalización, y por otro lado las consultas médicas, y cada cosa en distintos porcentajes. Lo normal es que cada plan tenga una o varias clínicas de referencia, donde el porcentaje que te cubre la Isapre es mayor, y el resto de las clínicas a las que puedes acudir también (se llama “libre elección”), pero el porcentaje cubierto es menor. Ten en cuenta que a veces el importe que vas a tener que pagar al final en la clínica de referencia puede ser mayor que si vas a otra clínica donde el porcentaje de cobertura es menor, porque los honorarios médicos son menores. ¿Te parece un lío? Pues esto no ha hecho más que empezar…
Empecemos por la hospitalización. En Chile existen muy buenos profesionales, y unas clínicas de primer nivel, con la última tecnología a su alcance, pero esto hay que pagarlo, y no es precisamente barato. En el caso de cualquier intervención quirúrgica el importe puede llegar a ser de varios millones, por lo que conviene cotizar en distintas opciones antes de tomar la decisión. El problema es que el médico que te atiende en una clínica, por lo general sólo opera en esa clínica, así que no podrás elegir mucho si quieres que te opere el mismo profesional. Lo ideal es elegir una clínica de referencia (la lógica indica que elijas la que está más cerca de tu casa, pero a veces esa es la opción más cara), y tratar de atenderte siempre allí, para que todos los servicios los tengas centralizados. Además, la mayoría de las clínicas tienen lo que se llama “seguro catastrófico”, “seguro de grandes enfermedades” y otros nombres igual de terroríficos, que te cubren los grandes acontecimientos, y enfermedades con una franquicia que debes pagar de tu bolsillo (suele rondar los 1.500.000$, pero no es así en todos los casos). Este tipo de seguros no son muy caros, y merece la pena tenerlo, ya que de verdad una enfermedad grave en Chile te puede llevar a la ruina.
No cometas el error de pensar que si te pasa algo te vuelves a España donde te cubre la Seguridad Social…casi todos pensamos lo mismo, pero una enfermedad grave también puede ser una rotura de cadera…¿vas a viajar 12 horas en avión con la cadera rota?…
Por otro lado, tenemos las consultas médicas, que siempre son de copago (es decir, siempre te toca pagar algo). En función del plan que tengas contratado, este pago será mayor o menor. Obviamente si tienes un plan mejor (y más caro), lo que deberás pagar cuando vayas al médico será menor, aunque esto no siempre se cumple. Por lo tanto, a la hora de elegir un plan, debes tener en cuenta la frecuencia con la que irás al médico en general.
Es decir, si vienes con tu pareja y no tienes hijos, y una salud más o menos buena, lo normal será que no vayas al medico muy a menudo, más que por alguna enfermedad puntual, revisiones y poco más. En ese caso, tal vez te conviene contratar un plan un poco más barato, de modo que pagarás más cuando vayas al médico.
Sin embargo, si vienes con tu familia, de los cuales tres son niños pequeños, que sabemos que tienen que ir a médico un día sí y otro no, con todas esas “…itis” que se cogen en invierno, lo que te interesa es tener un seguro más caro, ya que vas a tener que utilizarlo con frecuencia.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que las mujeres en edad fértil son muy penalizadas en el precio del plan, aunque puedes elegir un plan “sin maternidad”, con el cual no estarás cubierta en caso de embarazo, o lo estarás en un porcentaje muy bajo.
Como ves, el tema de la salud da para mucho, pero ahora viene la buena noticia: si tienes hijos en edad escolar, estarán cubiertos por lo que se llama “Seguro escolar”, obligatorio en la mayoría de los colegios, que cubre accidentes los 365 días de la semana, 24 horas al día. Esto se paga anualmente y suele estar incluido en la matricula.
Ojo, que sólo cubre accidentes y lesiones, no enfermedades. Es decir, podrás ir a urgencias con un niño con el brazo roto, le harán radiografías y todo tipo de pruebas y no pagarás nada, pero si vas con un resfriado pagarás una millonada. Debes saber también que si no tienes contratada una Isapre puede que tu hijo no esté cubierto por este seguro, o no por el total de la atención médica.
Lo ideal es hacer un buen estudio de las necesidades de la familia, el lugar de domicilio, el porcentaje que se descuenta de la nómina y los planes disponibles y sus coberturas. Si este estudio te supera, ¡siempre puedes contar con nosotros para que te ayudemos!

Carla Lazzerini

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