«Trabajamos para que las niñas nazcan en una sociedad de iguales derechos y oportunidades.»

ComunidadMujer es una organización privada sin fines de lucro, que lleva 16 años trabajando en Chile para la

Alejandra Sepúlveda

promoción de los derechos de la mujer y la igualdad de oportunidades en tres ámbitos principales, que son educación, trabajo y participación política.

Alejandra Sepúlveda nos explica la labor que desarrollan en la sociedad chilena.

– ¿Qué es ComunidadMujer y de qué se encarga?
Somos una organización que hace incidencia pública, para el logro de los cambios normativos, legales, institucionales y también culturales en pos de la igualdad de género. Es por eso que tenemos un trabajo muy importante de investigación y acción hace años. Hemos problematizado la brecha de género, analizando sus causas y consecuencias, poniendo el acento en todo el ciclo de vida y también en cómo damos respuestas. Básicamente lo que ocurre en la educación durante la niñez también determina luego la trayectoria laboral y la vejez. En todas las etapas las mujeres enfrentan desventajas. Hay un contínuo ahí, que determina trayectorias muy disímiles entre hombres y mujeres. Hoy somos bien referentes, nuestro trabajo es ampliamente consultado y divulgado.
También tenemos un trabajo muy importante de intervención directa. Nosotros siempre hemos querido mantener un cable a tierra tranversalmente con las mujeres, jóvenes y las niñas en distintos contextos. Impulsamos una serie de programas e iniciativas para empoderarlas, con formación y contenidos pertinentes. Por ejemplo en mentoría, que es un programa que tenemos hace trece años,  ayudamos y apoyamos a las mujeres a desarrollar su carrera profesional y emprendedora, con foco en su liderazgo y el desarrollo de competencias. Contamos con una red importante de más de 300 mentores y mentoras que son voluntarios y que van apoyando a las guiadas en un proceso de crecimiento mutuo, muy enriquecedor. Hasta hoy más de 1000 mujeres han participado de la Mentoría en ComunidadMujer. Y ahora estamos incorporando una nueva línea en emprendimiento, con mentorías más breves para las empresarias en sus distintas etapas de crecimiento, con un apoyo también más técnico ahí donde les aprieta el zapato. En un país donde debemos acelerar la agenda de productividad para el crecimiento, tenemos que impulsar la capacidad emprendedora de las mujeres, y el acompañamiento en eso es clave. Frente a la aún baja representación de las mujeres en la política, uno de nuestros programas más queridos es la Escuela de Liderazgo Político y Social para mujeres entre 18 y 25 años. En estos 6 años hemos formado a más de 500 jóvenes para su liderazgo en lo público. La mayoría ya militan en partidos políticos, participan en organizaciones sociales, son dirigentas de centros de alumnos, nosotros potenciamos sus capacidades de liderazgo con un enfoque de género, democracia y ciudadanía. Asimismo, impulsamos hace más de una década un premio de Capital Social, con un alcance en todo el territorio nacional, que es para apoyar a dirigentes sociales, de base en el diseño e implementación de proyectos con enfoque de género que impacten en sus comunidades. En Chile la mayoría de las mujeres participan en organizaciones sociales, como en juntas de vecinos, comités, etc, que están en la primera línea de contacto con el territorio. Y nosotros queremos impulsar sus liderazgos porque entendemos el potencial que ellas tienen en generar transformaciones que beneficien a sus familias y también a su entorno.
Por lo tanto, es muy importante, en las sociedades en las que vivimos, ayudar a las mujeres a empoderarse y hacer visibles sus liderazgos. Para avanzar en el cierre de las brechas de género es indispensable también involucrar al mundo empresarial, el responsable directo de la generación del empleo y de mayores oportunidades. Por ello a través de nuestra línea de consultoría, nos aliamos estratégicamente con las gerencias generales, comités ejecutivos y áreas de gestión de personas y desarrollo organizacional, para codiseñar e implementar estudios, políticas, planes de acción, programas e iniciativas de cambio organizacional en pos del balance de género, con metas e indicadores claros. Hoy día también estamos impulsando la Iniciativa de Paridad de Género (IPG), junto al Banco Interamericano de Desarrollo y al Foro Económico Mundial, una plataforma público privada donde participa el Estado, la Empresa y Sociedad Civil, en un esfuerzo conjunto por cerrar las brechas económicas de género, fundamentalmente en cuanto a participación laboral, brecha salarial y presencia de mujeres en altos cargos.
Hoy día hemos logrado tener a 130 empresas adheridas iniciativa de la IPG, que están midiendo sus brechas y buscando estrategias y acciones concretas para promover el avance de las mujeres en el interior de las organizaciones. Estamos construyendo una gran comunidad de aprendizaje y transformación muy necesaria para afrontar los retos que nos impone el desarrollo sostenible.
Este ha sido un año muy relevante para la agenda de género en nuestro país. Las jóvenes estudiantes han sido protagonistas de un movimiento social sin precedentes que está corriendo el eje de lo tolerable, denunciando asuntos hasta ahora naturalizados, como la educación sexista, el acoso callejero, el ninguneo encubierto, la violencia machista, el abuso sexual y de poder, que son parte de la biografía de la gran mayoría de las mujeres. Su ¡Basta ya! ha sido tan fuerte que ha logrado activar a buena parte de la institucionalidad, en un intento por dar respuesta a la mayor ola feminista en nuestro país.
Sin lugar a dudas que en un mundo hiperconectado por las redes sociales, los movimientos #Me Too #Times UP, #Ni Una Menos han tenido un correlato en distintos países e influido, también en lo que está pasando en nuestro país.
Gracias a todo este movimiento social hoy las personas están empezando a ver con otros ojos, a abordar con una sensibilidad distinta estas temáticas vinculadas a la desigualdad de género. Años atrás era más duro instalar la reflexión, parecía como predicar en el desierto.

– ¿Cuál es tu función dentro de la institución?
Como Directora Ejecutiva desde el año 2010, tengo la responsabilidad de conducir esta organización; es una institución que tiene un directorio transversal, integrado por 12 mujeres profesionales, muy brillantes, de distintos ámbitos, con un propósito común, que es trabajar porque las niñas nazcan y se desarrollen en una sociedad con iguales derechos y oportunidades.

– ¿Qué servicios ofrecéis?
Por un lado, tenemos las consultorías, nosotros trabajamos con instituciones públicas y privadas, para la implementación de proyectos y programas que tengan enfoque de género, y que apunten a solucionar brechas de desigualdad, en la educación, en el trabajo.
Además tenemos un trabajo muy relevante de estudios e investigación, que ponemos al servicio de políticas públicas y políticas organizacionales.
Hemos trabajado para fortalecer e incorporar el talento de las mujeres y su desarrollo profesional en industrias muy masculinizadas como la minería o muy feminizadas como la banca, donde las mujeres están en la base y en los mandos medios, pero no ascienden en la misma proporción que los hombres a los altos cargos.
El trabajar por la igualdad de género es un desafío enorme, probablemente es de los desafíos transversales más importantes, porque comporta una defensa férrea de los derechos humanos de las mujeres, y no siempre se ha podido avanzar con la velocidad que uno quisiera, dado la cultura patriarcal que hemos heredado muy fuerte. Este es un desafío universal que a cada país le afecta según sus particularidades. Necesitamos mover y transformar la cultura, lo que siempre tiene muchos retos y muchas dificultades. Por eso existimos como organización desde el año 2002, gracias a la visión de un grupo de mujeres líderes, que desde su situación más privilegiada como profesionales, decidieron hacer algo juntas, para poder abrir nuevas oportunidades para las mujeres, incidir en los espacios de toma de decisión. En ese sentido ComunidadMujer es una organización que nació con una vocación importante de poder y de influencia.
Trabajamos para incidir en el diseño de políticas públicas, para poder impulsar leyes y normativas que garanticen los derechos de las mujeres. Este es un ámbito muy estratégico de nuestro quehacer y lo hemos desarrollado con mucha independencia desde la sociedad civil. La transversalidad es uno de nuestros principales activos. Trabajamos para que las niñas nazcan en una sociedad de iguales derechos y oportunidades.